Francesca llega a este blog por sugerencia de uno de los lectores. Al conocerla, entiendo cómo es que este espacio ha logrado transmitir a su público su objetivo; porque ella es una Millennial por donde se la mire.
Francesa se define como una persona apasionada por lo que hace, curiosa y libre del mundo de oficinas. Le gusta manejar sus tiempos y usar su creatividad para lo que necesita… para lo que quiere. Lo que más le caracteriza es la pasión por cada cosa que se ha propuesto, desde las buenas notas que conseguía en la universidad hasta su exitoso emprendimiento. Hoy es dueña y directora de Q’uma Chocolate.
¿Cuáles han sido los retos a nivel social que implica trabajar en lo tuyo?
Ha sido un gran reto para mi tomar el riesgo de emprender porque crecí en una sociedad muy cuadriculada, en la cual desde que nacemos tenemos un camino ya establecido: ser una buena alumna en el colegio para entrar una buena universidad, hacer una maestría, tener un buen trabajo, casarte, tener hijos, etc.. yo seguía este camino. Era la “buena alumna”, me gradué con buenas notas en el colegio y en la universidad, tenía mi vida prácticamente armada, estructurada y según lo que espera la sociedad “iba por buen camino”.
El camino seguro.
Claro, todo lo contrario a emprender. Emprender implica muchos riesgos y muchísimos sacrificios que solo otro emprendedor puede entender, no es fácil tomar la decisión, pero emprender también significa perseguir tus propios sueños.
Me imagino. ¿Cuál es el turning-point?
Al terminar la universidad entré al mundo corporativo. Primero estuve en banca y luego en una empresa de productos de belleza; no me arrepiento de ninguno de los dos. Aprendí muchísimo de ambos, el ambiente laboral era bueno, conocí personas increíbles y con muy buena onda pero a pesar de que me gustaba, no me sentía 100% completa. Quería crear algo propio, desde cero, dedicarle todo mi tiempo y esfuerzo a algo que realmente me apasione y de alguna manera genere un impacto en la comunidad.
Entonces…¿Saliste de trabajar en oficinas con algo en la cabeza, o saliste y a ver qué pasa?
Salí de trabajar en oficinas con un proyecto ya avanzado, Q’uma. Como todo emprendedor, cuando recién empiezas tus ingresos son muy limitados y no te alcanza ni para tener un sueldo, por eso decidí ahorrar antes de dejar mi trabajo. Los días de semana trabajaba en el día y en las noches y en los fines de semana le dedicaba el 100% de mi tiempo a mi proyecto. Empecé con el cacao y el chocolate sin darme cuenta en un primer viaje que hice a la selva en Semana Santa. Recuerdo que visité un agricultor que tenía una gran variedad de frutas exóticas y deliciosas que en ese momento en Lima no se encontraban, como la carambola, cocona, camu camu y entre ellas conocí por primera vez un árbol de cacao y las mazorcas coloridas que salían del tronco del árbol. Quedé maravillada con la fruta deliciosa que cubría los granos de cacao (el mucilago) y como muchos, hoy confieso que en ese momento no tenía idea de dónde realmente venía el chocolate, siendo Perú el segundo mayor productor de cacao orgánico.
Wow
Muchas familias de nuestro país viven del cultivo del cacao y la gran mayoría de ellas eran productores de coca ilegal pocos años atrás. El cacao se ha convertido en un gran cultivo alternativo para generar mayores ingresos y mejor calidad de vida a los agricultores.
El cacao realmente me cautivó por completo y todo lo que podía hacer con el, hizo que me termine enamorando del chocolate. Descubrí que el cacao y el chocolate son iguales que las cepas y el vino. Cada variedad de cacao fino puede desarrollar un perfil de sabor y aroma característico dependiendo de la región, del clima, del suelo, de la fermentación y del secado. La idea es mantener este perfil de sabores en el chocolate final.
Claro, qué buena experiencia. ¡Qué precisa!
Históricamente, hemos importado chocolates europeos y creemos que de estos países viene el mejor chocolate. Irónicamente, ninguno de estos países cultiva cacao. Nosotros tenemos la mejor materia prima para hacer chocolates de excelente calidad. Así decidí empezar el proyecto.
¿Tu crees que en algún momento volverías al mundo corporativo?
Lo dudo mucho porque en el cacao y el chocolate he encontrado mi pasión. Me encanta moverme constantemente y no estar encerrada en una oficina. Disfruto visitar las plantaciones de cacao seguido y seguir aprendiendo de los cultivos, viajo muy seguido a ferias internacionales de negocios y de chocolates. Llevo un ritmo de vida totalmente opuesto al del mundo corporativo y no lo cambio por nada.
¿Cuál es la clave para tener un buen chocolate?
Es importante trabajar con una buena variedad de cacao y que además ha pasado por un buen proceso de post cosecha (fermentación y secado). Por muy buena que sea la variedad si no se trabaja bien la post cosecha, el perfil de sabor y aroma final no va a ser bueno. Luego, es importante diferenciar un chocolate de verdad de una golosina con sabor a chocolate. La golosina de chocolate es la que normalmente encontramos en cualquier bodega de la esquina que lleva bajo porcentaje de cacao, mucha azúcar, manteca vegetal y una infinidad de saborizantes artificiales y preservantes. Un chocolate de verdad es aquel que tiene únicamente 3 ingredientes principales: cacao, manteca de cacao y algún endulzante (azúcar, stevia, panela, etc). Finalmente, la clave también está en la creatividad del chocolatero que realiza las mezclas y combinaciones.
Y al final, ¿tu familia te apoyó?
Siempre he tenido su apoyo pero al principio no fue fácil. Vengo de una familia con historial en el mundo corporativo, donde no hay emprendedores. Los primeros meses tuve varias etapas difíciles y me incentivaban volver al mundo corporativo. Después de un tiempo cuando se dieron cuenta que realmente quería dedicar mi vida al chocolate, me apoyaron al 100%. Hoy valoro mucho el apoyo de mi familia, ellos fueron mis primeros clientes y los primeros en promocionar Q’uma entre sus amigos. Cada uno me apoya a su manera y sin su apoyo Q’uma no sería lo que es hoy. Son fanáticos de mis chocolates y no hay día en que mi casa no se coma chocolate.
¿Cómo te sientes ahora que era la directora y creadora de una marca de chocolates en Perú?
Trabajo el doble de lo que se trabaja en el mundo corporativo, de lunes a domingo y las 24 horas del día pero a pesar de eso, soy muy feliz con lo que hago. Me gusta compartir mi experiencia para motivar a otros a emprender también. Creo que cualquiera puede emprender si realmente hace algo que le apasiona y está dispuesto a dar todo de si mismo para cumplir sus sueños.
¿Cómo manejas tus tiempos?
En realidad, soy muy organizada pero como a todo emprendedor, me faltan horas al día. Cuando haces algo que realmente te apasiona, deja de ser un “trabajo” y pasa a ser tu vida. Yo pienso, respiro y como chocolates 24/7, desde que he empezado no he tenido vacaciones pero tampoco las quiero.
¿En algún momento has pensado abandonar el proyecto?
Tuve etapas difíciles en las que uno se cuestiona si va a funcionar o no. Etapas en las que crees que ya no hay salida ni solución. Lo más importante es no rendirte y ser muy perseverante para sacar el proyecto adelante.
¿Piensas hacer una maestría?
En este momento no. Me gusta compartir mi experiencia y lo que he aprendido con personas como yo y estudiantes para motivarlos a emprender. Pienso llevar más cursos en chocolatería fina y capacitaciones en fermentación en países vecinos productores de cacao.
Cómo decides hacia dónde quieres llevar la marca?
En Perú tenemos una gran cantidad de variedades de cacao fino que no se encuentran en otras partes del mundo. Como te comentaba, somos el segundo mayor productor de cacao orgánico y somos un gran exportador de cacao en grano como materia prima. El cacao peruano es reconocido por los principales chocolateros en Europa y EEUU, quienes le dan valor agregado y elaboran chocolates que luego nosotros importamos. Mi objetivo es darle el valor agregado en Perú, el lugar de origen del cacao e involucrar al pequeño agricultor en la cadena productiva del chocolate, cosa que no sucede en la gran industria.
¿Cuál es tu sueño?
Que el chocolate peruano sea reconocido por su calidad a nivel nacional e internacional. Que se convierta en un producto bandera del cuál todos los peruanos debemos estar orgullosos.
¡Buena idea! Ya para terminar; ¿cómo es tu estilo de vida?
Me encanta estar en constante movimiento, soy enemiga de la rutina y disfruto viajar y seguir aprendiendo de maestros chocolateros y de productores de cacao. Viajo seguido a la selva y a plantaciones de cacao en otros países. También viajo representando al chocolate peruano con Q’uma en diferentes ferias organizadas por Prom Perú y a ferias de negocios. Desde el año pasado ya estamos exportando a Canadá y EEUU y estamos desarrollando nuevos mercados en Europa y Asia. Cuando estoy acá, soy tranquila y todos los días de mi vida como chocolate.
Gracias Fran. ¡Por tu tiempos para la entrevista y por los chocolates!
Gracias a ti!!
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